Se llama juicio moral
a aquel acto mental que afirma o niega el valor moral ante una situación
determinada o un comportamiento del que somos testigos, es decir, el juicio
moral que se da como resultado se pronunciará específicamente sobre la
presencia o ausencia de ética en un hecho o actitud.
Los juicios morales
son posibles gracias al sentido moral que todo ser humano posee. Este sentido
moral es el resultado de los esquemas, normas y reglas que hemos ido
adquiriendo y aprendiendo a lo largo de nuestra vida.
La conciencia y el juicio moral
Los valores y la ética son de carácter
eminentemente práctico ya que se aplican en la vida cotidiana. El ejercicio de
los valores requiere de la reflexión y el juicio moral que conduce a tomar
decisiones y a actuar correctamente.
Dimensiones de la conciencia moral
Es la facultad que permite determinar si la conducta es correcta.
Existen dos posiciones fundamentales que explican el origen de la conciencia moral:
Innata: Supone que la conciencia forma parte del individuo, que es una capacidad para juzgar lo bueno y lo malo, es una facultad de la razón humana, que permite distinguir el sentido del bien del mal.
Ambiental: Establece que la conciencia moral es resultado de la educación y/o del
ambiente.
Elementos constitutivos de la conciencia moral
La conciencia moral está
integrada por los siguientes elementos:
A) Razón. Los juicios racionales acerca de un
acto son formulados antes y después de su realización. Antes de actuar se juzga
que tan bueno es el acto.
B) Sentimientos. Además del aspecto racional,
el comportamiento tiene un ámbito afectivo. El ser humano por naturaleza actúa
con el sentimiento de hacer el bien ya que el deber cumplido le produce
satisfacción.
Conciencia social
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